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  • Sociedad

Lo prometió junto al lecho de muerte de su padre adoptivo...

12.05.2023 – Susanne Wenger

Siendo una niña, la bernesa Agnes Hirschi logró sobrevivir al holocausto en Hungría gracias a la ayuda del diplomático suizo Carl Lutz, quien después se casaría con su madre. Ella se propuso recordar este rescate sin parangón, al mismo tiempo que los crímenes del nacionalsocialismo.

En el invierno de 1944/1945, la ciudad de Budapest, ocupada por las tropas alemanas, fue escenario de encarnizados combates. Cada vez que sonaban las alarmas, Agnes, de seis años, apretaba fuertemente su muñeca contra el pecho y bajaba corriendo con su madre a refugiarse en el oscuro y húmedo sótano. “Después de Navidad, nos quedamos allí durante dos meses, porque ya no era seguro permanecer arriba, en la casa”, recuerda Agnes Hirschi. Agnes tiene ahora 85 años y vive cerca de Berna. Es una de las más de veinte personas retratadas en el nuevo libro The Last Swiss Holocaust Survivors. Sin embargo, tal y como ella recalca, su destino no es comparable al de los supervivientes de los campos de concentración: “Yo fui una privilegiada, porque tanto mi madre como yo encontramos amparo”.

“Yo fui una privilegiada, porque mi madre y yo encontramos amparo”, cuenta la superviviente del holocausto Agnes Hirschi, de 85 años. Foto Danielle Liniger

Este amparo lo encontraron en la persona de Carl Lutz, vicecónsul de la embajada suiza en Budapest desde 1942. El sótano se hallaba en su residencia, en la que la pequeña Agnes y su madre Magda Grausz ocupaban una vivienda de servicio. La madre, una joven húngara judía, trabajaba como ama de llaves en la embajada. Al contratarla, Lutz protegió a madre e hija de la persecución de los nazis y de los fascistas húngaros. Tras la guerra, Lutz pasó a ser padre adoptivo de Agnes, ya que su madre y él se enamoraron y contrajeron matrimonio en 1949. Fueron segundas nupcias para ambos.

Valor contra la barbarie

La pequeña familia se trasladó a Berna. Agnes aprendió alemán, fue a la escuela, realizó una formación comercial, fundó su propia familia, trabajó como periodista en el Berner Zeitung y, más tarde, participó activamente en la iglesia reformada. Durante décadas mantuvo en secreto que provenía de una familia judía y que había escapado del holocausto en Hungría. Ella misma tardó algún tiempo en darse cuenta de la magnitud de la labor realizada por su padre adoptivo, quien no solo les salvó la vida a Agnes y su madre, sino también evitó que unos 50 000 judíos húngaros fueran deportados, fusilados o enviados a marchas de la muerte.

El vicecónsul aprovechó la circunstancia de que su oficina representaba los intereses de Gran Bretaña y, por tanto, era responsable de la emigración a Palestina. Tras la invasión nazi de Hungría, en marzo de 1944, muchos judíos aterrorizados se apiñaban ante el edificio conocido como la “casa de cristal”. El diplomático se estrujó el cerebro para lograr una forma de ayudarlos. Tras un par de días de lucha interior, puso su conciencia por encima de todas las leyes. Lutz organizó un sistema de protección diplomática y humanitaria que constituiría una de las mayores operaciones de salvamento civil de judíos de la Segunda Guerra Mundial.

Agnes Hirschi se salvó gracias al diplomático suizo Carl Lutz, quien evitó que decenas de miles de judíos fueran perseguidos y asesinados. La Suiza oficial no lo reconoció en un principio. Foto Keystone

De regreso a Suiza: crítica en vez de agradecimiento

Lutz y sus colaboradores expidieron muchos más salvoconductos suizos que los casi 8 000 que los nazis admitían como cuota, inscribiendo estas autorizaciones de emigración en pasaportes colectivos. A muchos de ellos los alojó en casas de seguridad. Y eso que no era precisamente de carácter intrépido, recuerda Agnes Hirschi: “Más bien era introvertido y taciturno”. A este ferviente metodista oriundo de Appenzell lo guiaban sus creencias. Su arriesgada maniobra contra la barbarie le costó grandes esfuerzos. Sin embargo, cuando regresó a Suiza tras la guerra, la patria lo recibió con críticas en vez de agradecimiento. Eso lo decepcionó profundamente, afirma su hija adoptiva. En cambio, Carl Lutz recibió un merecido reconocimiento en Hungría, EE. UU., Alemania e Israel.

En 1975, encontrándose en su lecho de muerte, solitario y amargado, Lutz recibió la promesa de su hija adoptiva de que daría a conocer su labor de rescate y de que no dejaría de recordar a los jóvenes los crímenes del holocausto. Desde hace veinte años, Agnes Hirschi, quien entretanto se ha jubilado, cumple su promesa, con incansable energía: viaja a destinos lejanos para participar en exposiciones, imparte conferencias. En el marco de su compromiso internacional conoció a algunas de las personas a las que había ayudado su padre adoptivo. En colaboración con una historiadora publicó en 2018 la obra Under Swiss Protection, en la que varias personas rescatadas hablan como testigos de la época.

Visitando escuelas

Poco antes, con motivo de una exposición en Berna, Agnes Hirschi había narrado por primera vez su propia historia. Tras su largo silencio, fue algo liberador, afirma. Desde entonces, ha descubierto muchas cosas acerca de su propia vida; por ejemplo, ahora sabe más sobre sus raíces judías. Pero remover el pasado también la pone algo incómoda, reconoce. Sin embargo, esto no le impide responder a las preguntas personales que le hacen los niños cuando visita las escuelas suizas. Los escolares muestran gran interés por el valor civil de Carl Lutz y el tema del holocausto: “Esto me alegra”, porque es señal de que su labor está dando frutos.

Su padre adoptivo, héroe olvidado durante tanto tiempo, ahora también es honrado por la Suiza oficial. En 1995 fue rehabilitado póstumamente, y desde 2018 un salón del Palacio Federal lleva su nombre. Agnes Hirschi asistió a la inauguración de la placa conmemorativa. Reconoce que las cosas van por buen camino. “Ojalá mi padre adoptivo hubiera vivido para presenciar este homenaje”. Se alegra de que el futuro memorial suizo a las víctimas del holocausto (véase recuadro) también desee honrar a los suizos que ayudaron a los perseguidos. Ella misma, a pesar de su avanzada edad, continuará dedicándose a su labor informativa y educativa... “mientras tenga fuerzas para hacerlo”.

The Last Swiss Holocaust Survivors Retratos de supervivientes que encontraron una nueva patria en Suiza. Publicado por Gamaraal Foundation/Anita Winter. Editorial Stämpfli 2023. 96 páginas, 30 CHF, 39 EUR.

Exposición digital de los retratados:
www.last-swiss-holocaust-survivors.ch

Suiza y su memoria histórica

Suiza dedicará un lugar de memoria a las víctimas del nazismo. El año pasado, el Parlamento presentó una moción en este sentido. Se espera que esta misma primavera el gobierno nacional se pronuncie acerca del avance del proyecto. Además, actualmente se debate si en Suiza debe prohibirse la exhibición pública de símbolos nazis tales como la esvástica. A principios de año, la comisión jurídica del Consejo Nacional se declaró a favor de esta prohibición; propone crear una ley especial con este tenor.

Tras finalizar este artículo, el Consejo Federal aprobó la propuesta de realización de un monumento conmemorativo en la ciudad de Berna. El 26 de abril de 2023 aprobó asimismo un crédito de 2,5 millones de francos suizos para la realización del proyecto. Más información en el comunicado de prensa de la Organización de Suizos en el Extranjero sobre la decisión del Consejo Federal.

(RED)

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    Gustavo Carlos Galland, Argentina 01.08.2023 At 02:13

    Extraordinaria historia, de Suizos en contra del nazismo. Al final del tunel, hubo un reconocimiento, que era justicia.


    Una alegria para los ciudadanos suizos que vivimos en Argentina, Sud America.

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    Ursula Thorn, Deutschland 10.07.2023 At 09:32

    Als aufmerksame Leserin der „Schweizer Revue“ eine Anmerkung zu dem Bericht über Carl Lutz:


    Bereits 2016 erschien das Buch „Das Glashaus: Carl Lutz und die Rettung ungarischer Juden vor dem Holocaust“ im Herbig Verlag München, Autorin: Erika Rosenberg, ISBN: 9783776627879.

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  • user
    Andres Sandilands, Molins de Rei, Spanien 28.06.2023 At 08:44

    Ich gratuliere Ihnen für die Publikation dieses Artikels über diesen Held und Retter der Juden und, ich nehme an, anderer Ausgestossener. Ich finde es unverständlich, dass seine Anerkennung im eigenen Land so lange gedauert hat, wobei mein Eindruck ist, dass mein Heimatland (eines von zwei, das andere ist Grossbritannien) eher Heim und Schutz und Unterstützung den Flüchtlingen bietet.


    Vielleicht hätte der Artikel uns Lesern etwas über die Gründe dieser langen Verzögerung der Anerkennung in der Schweiz sagen können.


    Jedenfalls, grossen Dank und Gratulation für diesen Artikel. Ruhig mehr davon, denn es gibt leider fast überall in Europa, auch hier in Spanien, einen Aufschwung in der Popularität der Rechtsextremisten, so wie man in den Nachrichten erfährt. Das Volk "vergisst" das unvergessliche Böse all zu schnell, dank der Politiker, die es auf Anderes ablenken (Wobei jeder Art von Extremismus zu vermeiden ist, ob links oder rechts).


    Und erinnern wir uns, dass die Juden sicherlich in jenen Jahren am meisten gelitten haben, aber auch viele Zigeuner, Geistig leidende, Kriegsgefangene, und natürlich das unter den Bomben und Angriffen zitternde und leidende Zivilvolk - Kinder, Frauen und Alte - dann gelitten haben. Wir vergessen manchmal, dass Krieg alle trifft. Es gibt Scheussliches, so was den Juden und anderen geschehen ist, aber Krieg trifft alle, ausnahmslos. Lasst uns in der Schweiz, uns immer für Frieden und den Leidenden, so wie es unserem lieben Land gehört, eintreten.


    Ihr Artikel hat mir Freude und Stolz gegeben, dass es solche Schweizerheld:innen gibt und geben wird.

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    Amo Fuchs, Israel 05.06.2023 At 09:17

    Je me suis demandé longtemps pourquoi cela a pris à la Suisse un demi-siècle pour faire justice avec Carl Lutz et Paul Grüninger (1995), et pourquoi 2 mesures, Carl Lutz n’avait pas été puni, Paul Grüninger fut dérobé de sa pension. Dérobé.
    Le jeton est tombé il y a quelques jours, je l’ai ramassé : Carl Lutz n’a pas causé des frais à la confédération, un peu de papier. Les juifs sauvés en Hongrie allaient vers la Palestine. Paul Grüninger a causé des frais à la confédération. ‘’Ses’’ réfugiés sont restés en Suisse, il fallait les soutenir. Et il fallait trouver de l’argent pour ça. Ecco!


    Il y a encore un homme à mentionner, le chef de la police de Bâle, Fritz Brechbühl, qu’on appelait Brechfritz. Il a été lié à Lutz, il lui procurait les papiers.
    Quand un passeport est devenu vieillot et plus honorifique pour la confédération on le rendait à la police et on recevait un nouveau. Quand la police avait récolté un bon nombre de vieux passeports, on les détruisait en bloc.
    Brechbühl a fait en 1940 ce qu’on dit aujourd'hui « sustainibilité »’, leur trouvé un nouvel emploi. Il les envoya à Lutz. On enleva les photos et on y colla des nouvelles. Il y avait ainsi 2 passeports par exemple de Salomon Cohen. Un vrai, chez un vrai M. Salomon Cohen en Suisse et un fake à Budapest avec un faux M. S. Cohen, qui était valable pour l’Asie et l’Amérique mais pas pour la Suisse. Si jamais il voulait rentrer en Suisse il risquerait de finir dans un roman de Martin Sutter. Avec ces passeports le fake Salomon Cohen de Budapest put aller au sud et à l’ouest et éviter d’aller vers le nord (Auschwitz).


    Je vous suggère de trouver encore un vieillard ayant une meilleure mémoire.
    Quant à 2023, il parait qu’il n’y ait plus des Brechbühl, Grüninger et Lutz.
    Ah, fast hatte ich vergessen, dass Brechbühl nach Bern ging um beim Bundesrat über deren restriktive Flüchtlingspolitik zu reklamieren.

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  • user
    Ralph Uno, Argentina 24.05.2023 At 21:40

    Was there ever a reason found why the goverment did not agree with Mr Carl Lutz for saving so many lives? if there was a reason it should be known. The truth never hurts!

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  • user
    Katharina Hotz, Winterthur 21.05.2023 At 11:57

    Herzlichen Dank für diesen informativen Artikel.


    Seit 2017 widmet die Gedenkstätte Riehen (Basel) Carl Lutz auch eine Gedenktafel. Die aus Eigeninitiative gegründete Gedenkstätte ist ein lehrreicher Ort für junge Menschen, insbesondere auch Auslandschweizer:innen, um sich der Geschichte und der Haltung der Schweiz im zweiten Weltkrieg bewusst zu werden.


    Die Gedenkstätte Riehen ist täglich geöffnet und bietet nach Absprache Führungen an.

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    Sinan Serbest, Turquie 17.05.2023 At 17:51

    Tous ceux qui ont œuvré pour sauver des vies sont louables, quel que soit son origine ou sa nationalité. A l'heure actuelle, il nous faut encore des personnalités comme Carl Lutz notamment en Israel pour stopper les exactions commises contre les Palestiniens et contre les juifs qui les défendent.

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    Önder Erdogan, Çorum, Türkei 16.05.2023 At 20:40

    Der Kampf ums Überleben in einer schwierigen Zeit mit Hilfe des Glück. Gute Handlung und gute Erzählung.

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    M-Christine Giordani, France 16.05.2023 At 17:58

    Dommage de n'avoir pas le livre en français... «The Last Swiss Holocaust Survivors»

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    Gabriela Schudel, Santa Cruzde la Sierra, Bolivien 14.05.2023 At 20:27

    Super!!!!

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    Peter Ochsner, Nairobi, Kenia 14.05.2023 At 16:01

    Vergessen.


    Ein Wort, das fehlt in diesem Bericht. Lutz fragte kurz vor seinem Tod nicht nach seinem Ruhm. Er wollte, dass die Nachwelt das kognitiv falsche Bewusstsein der Nationalsozialisten nicht vergisst. Das deutsche Volk war in Einverständnis mit diesen Machenschaften, weshalb wir niemals Sprüche wie "das liegt alles weit zurück" oder "man muss vergessen und weitermachen" nicht gelten lassen dürfen. Zweimal falsch macht nicht richtig. Ideologisch bedingter Massenmord einerseits und der schleichende Versuch eben diesen zu vergessen andererseits. 

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    Wolf Staub, Aysén, Chile 14.05.2023 At 14:25

    Leider viel zu spät kommt diese hochverdiente Ehrung. Menschen wie Lutz sind die echten Helden in der Geschichte unserer Nation. Und es gab auch noch andere, die wie im Artikel erwähnt, nach dem Krieg in der Schweiz nicht gebührend geehrt wurden, eher das Gegenteil. Ein dunkles Kapitel unserer Geschichte.

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